domingo, 4 de noviembre de 2012

Lo que esconde la sonrisa de la Gioconda

Dentro del deseo de trascendencia, la lucha por alcanzar el éxito muchas veces está condicionado por las cualidades que nos otorga la naturaleza.

El otro día leía una noticia referida al cuadro que se encuentra el museo del Prado que es una copia de la Gioconda. Se comenta sobre su posible originalidad y si este es el original y el otro no.
Abierto el debate con claros fines mediáticos y económicos, también en estos días se ha encontrado una tumba que puede contener los despojos mortales de quién dio vida al archifamoso retrato de la Gioconda. Según dice la leyenda y los historiadores era una dama de altos linajes de la época.
Pero mi post no viene relacionado con el debate ni mucho menos, sino con una imagen que me viene la mente cada vez que veo la Gioconda y sus reproducciones.
Hace años, trabajaba en una agencia de modelos publicitarios y que el volumen de trabajo era importante.
Estábamos siempre buscando  nuevas modelo para las diferentes campañas de los clientes. Si algo nos caracterizaba era tener un amplio abanico de posibilidades estéticas, lo que permitía cubrir todas las necesidades de los anunciantes y productores.
Como bien dije, esto ocurre hace años, en los principios de los noventa y en el que estos temas si bien estaban evolucionados la ausencia de la fotografía digital y del photoshop hacía que la tarea fuera bastante mas compleja. Debíamos de hacer las entrevistas personalmente ya que no era común el que las aspirantes primerizas tuvieran un book en condiciones debido a los altos costes que representaba pasar por un fotógrafo de calidad que acertara con los posados que realzaran su figura y belleza natural.
Hacíamos cada semana quizás un centenar de entrevistas de las que pasaban a una seguna etapa menos del diez por ciento. Entre todo ese trasiego de fichas, registros fotográficos (para poder unir la cara a la ficha) y demás, apareció encima de mi escritorio un book. Seguramente lo dejó uno de los asistentes que no quiso comprometerse en entregarlo personalmente, aunque casi estoy seguro quién fue, a la fecha no me lo ha confirmado.
Era una chica normal, pero tenía capacidades histriónicas y demostraba seguridad en sí misma haciendo unos posados de medio cuerpo en el que apoyaba su mentón sobre su puño emulando una pose pensativa y una semi-sonrisa idéntica a la de la Gioconda (tal cual como un cocktail entre la famosa estatua del pensador y el cuadro de Da Vinci). Muchas veces, los que trabajamos en este ambiente, preferimos la capacidad de trabajo y responsabilidad que la belleza, ya que nos garantiza que el proceso ¨fluya¨ con mayores garantías para el anunciante y para la agencia. La presentación de un book demostraba esfuerzo, energía y compromiso con la profesión.
Como tampoco era descartable por falta de cualidades estéticas, me convenció para citarla a una entrevista, ya que teníamos que preparar unos anuncios para una clínica odontológica con gente cercana y que sus rostros pudieran hacer que cualquiera pudiera identificarse con esa modelo.
La llamo por teléfono a su casa (en esa época los móviles no estaban en manos de todos) y le dejo un mensaje a quién seguramente era su abuela en el que la citaba al día siguiente sobre las 9 de la mañana.
Asiste puntual y la hago pasar a mi despacho ya casi con la idea de tener solucionado el problema de encontrar el rostro para el anuncio de la clínica odontológica. Nos ponemos a hablar sobre su experiencia y en toda la entrevista mantiene la corrección y las formas, pero en determinado momento percibo que ante un comentario hace una mueca y contiene la sonrisa que a su vez intenta disimular con su mano. Mi primera sensación fue que quizás fuera timidez y me dio un poco de miedo esa situación, ya que ante las cámaras y en un proceso de rodaje con todo el equipo exigiéndole para que sacara su mejor sonrisa podía ser una carga extra de trabajo.
Y en ese momento ocurrió lo que ya no esperaba: sonrió abiertamente al despedirse.
La naturaleza a veces es injusta con nuestras aspiraciones y no nos permite tener lo que necesitamos para triunfar en lo que deseamos.
Su sonrisa expandida dejó al descubierto una serie de deformaciones dentales que prefiero no detallar.
Esa situación me dejó una huella némica por varios motivos. Pero más allá de toda la situación, esa imagen es la que recuerdo cada vez que veo la Gioconda. Una sonrisa reprimida ocultando probablemente una dentadura que seguramente tendría imperfecciones severas.
Probablemente ese sea el famoso secreto de la sonrisa de la Gioconda, disimulado por Leonardo usando con tanta astucia su arcaico photoshop en el afán de congraciarse con su mecenas o patrocinador.



domingo, 20 de febrero de 2011

Los amigos de Facebook

Las escalas de valores sociales se están transformando con rapidez, al ritmo de las formas y medios de comunicación.
Hoy se escucha en cada vez más círculos preguntas tales como: ¿cuantos amigos tienes? ¿cuantos te siguen?
Estas preguntas nos parecen pueriles, pero demuestran determinados cambios sociales.
Antes se escuchaban en patios de colegio y fundamentalmente otorgaban al que las contestaba un ¨rango social¨ o prestigio. Bueno o malo según si tenía muchos o pocos amigos. Obviamente, a mayor cantidad de amigos, más quieren ser tu ¨amigo¨.
Tener más amigos es tener prestigio social. Hoy esas conversaciones de colegio se han trasladado a las antesalas de las máquinas de café, a los lobbys de la administración pública, a los ¨fumaderos¨ en los portales de las empresas.
No es extraño escuchar que alguien con 200 ¨amigos¨ tiene pocos ¨amigos¨y escucharlo además con cierto aire de ¨censura¨ o incluso como un desmértio por dejadez o porque no es muy sociable. Ya tenemos el primer ¨amigómetro¨.
Estamos ante un avance de edad para culminar con la adolescencia o niñez y asumir que la amistad o relaciones humanas van más allá de una mera cuantificación?
Seguramente no, probablemente estamos ante una sociedad en crsis de tiempo para relacionarse, buscamos en la cantidad lo que no conseguimos en la calidad; la seguridad afectiva de un círculo que nos contenga emotivamente.
Tenemos mucho pero poco o nada nos aporta emotivamente.
Conseguimos el prestigio social a golpe de dedo sobre la pantalla del móvil y cuando nos venden un iPhone en precios fuera de la realidad, en realidad lo que compramos es tener la opción de tener cientos de amigos. Y el que lo compra es lo que quiere; tener amigos. Eso sí, sin tener que esforzarse ni implicarse, ni dedicarse.
Ese es el truco tecnológico de márketing de Apple; vende amigos. Aunque la calidad de los mismos no se discute ni se pone en entredicho, ya que con tal de tener muchos aceptamos e invitamos gente que apenas conocemos o que sí sabemos quienes son, pero ellos no tienen ni idea de quienes somos. Y nos aceptan. Y los aceptamos. Cuál es el fin? Pues fardar en la máquina de café de la cantidad de ¨amigos¨ que tenemos. Que me ha incluido el jefe....y a tí? (esta pregunta lleva implícita varias preguntas subyacentes: el jefe tiene buena relación contigoooo? te aceptaaaaaaa? te despedirá en la próxima vueltaaaaaaa? sabe tu jefe que te relacionas con el que ha despedidoooooo?)
Los que obviamente sacan beneficios con esto son las empresas de RRHH que se hacen el picnic con las redes sociales; igual que antes las maestras sabían todo de los niños mirando el patio del colegio en la hora del recreo, ahora es fácil saber todo del potencial candidato. Hasta con quién se emborracha y con qué frecuencia. Probablemente también filiación política y religiosa, y sin duda condición sexual.
Lo que sí probablemente cambió es que ahora los maestros sí no saben nada de los niños en el recreo; estarán comprobando en el iPhone si el director del colegio las aceptó.
Las redes sociales han transformado la palabra ¨amigo¨ en algo vano.
Como definiremos a partir de ahora un amigo de ¨verdad¨ para que no se genere confusión sobre la definición? Hay que inventar un nuevo sustantivo.
Trabajo para la Academia (no la de OT, aclaro para los eruditos)

sábado, 12 de febrero de 2011

La era del consumo sin sentido

Muy bien. Superamos la primera etapa. Aburrimos al personal con literatura que no sabíamos que eramos capaces de escribir, y nos sorprendieron seguidores muy amables (aunque no fieles) que nos felicitaron y además votaron que quieren otro blog igual.....(todavía tengo el la duda existencial de para que quieren otro igual...creo que es la sociedad de consumo o la época de ofertas de Carrefour y quieren el 2x1). Igualmente me parece inteligente hacer otro igual, al menos para el lector: adquiere el dobe de conocimiento con la mitad de tiempo invertido. Obviamente, al leer este, ya saben lo que dice el otro igual, así que conseguirían lo que todos queríamos en la escuela: saber algo sin tener que estudiarlo.
Será por eso que los ¨sabios¨ se repiten tanto?

lunes, 31 de enero de 2011

Aquí empieza

Acabo de empezar (buen comienzo, en solo tres palabras ya me contradigo: o acabo, o empiezo).
Supongo que no interesa mucho, al fin y al cabo, lo que creo que se trata es de no aburrir al personal.
Si llegaste hasta aquí, ya conseguí el primer objetivo (que no te fueras corriendo)
Y ahora viene el segundo objetivo: pensar que contarte para que te quedes un rato más.
Bueno, veo que es bastante difícil decir algo (ya llevo cuarto frases y no dije nada)...Santos Caracoles!! esto quiere decir que es fácil decir algo? (lo de Santos Caracoles se lo copie a Robin de la serie de Batman de los años 60¨ - de paso hago un llamamiento a todos para que reclamemos que la pasen de vuelta- )
Hasta ahora me resultó fácil no decir nada. Capaz me tengo que esforzar un poco y decir algo...
Bueno, mientras pienso que decir, dame ideas, dame tus sugerencias de que decir, y te prometo decir lo que tu digas para que luego opines si lo que dije que me dijiste que dijera es correcto y así seguiremos hasta que Google pase de moda...
Como todo pasa de moda...che, quién se acuerda de aquello que iba a cambiar el mundo que era Second Life?